Les comparto este fragmento de un trabajo realizado para la asignatura Educación y Nuevas Tecnologías de la Maestría en Educación que acabo de finalizar en la Universidad de Artes y Ciencias de Chile.
El trabajo consistía en responder seis preguntas. Aquí copio dos de las respuestas que están relacionadas con el tema central de sus trabajos integradores.
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Desde las
lecturas obligatorias de la primera unidad, responda a las siguientes preguntas
y/o temáticas:
¿Las nuevas tecnologías son un nuevo modo de
comunicabilidad humanizadora, o un dispositivo instrumental que perfecciona,
intensifica y amplía la expansión del capitalismo contemporáneo y del orden
social vigente? Fundamente su posición.
Considero
pertinente iniciar esta reflexión poniendo en cuestión el concepto de humanidad.
¿Qué es lo que nos caracteriza como humanos? ¿Es lo humano algo bueno por el
solo hecho de ser humano? ¿No será que el antropocentrismo ha terminado
constituyéndose en una desgracia para el planeta y para el hombre mismo?
Desde
tiempos inmemoriales el hombre, como todas las especies, ha luchado por su
sobrevivencia, sin embargo al hombre, a diferencia de todas las otras especies,
se le ha caracterizado por su capacidad de razonar. Carlos Gaviria Díaz (2015),
citando a Pico della Mirándola, nos dice que “la criatura humana es la única
capaz de avistar un destino y perseguirlo”. Vale la pena entonces preguntarse
¿cuál es la meta, cuál es el destino de la humanidad? ¿Sigue siendo la
supervivencia, el bienestar de la especie? Si fuese así, si el hombre utilizara
su tan idealizada capacidad de raciocinio, respetaría la vida en todas sus
formas, no pondría en riesgo a los recursos naturales y a las otras especies
que garantizan el equilibrio natural del planeta.
Ahora
bien, si esta capacidad destructiva de los hombres es producto de la
manipulación; si los medios y las tecnologías nos han llevado a ser los
“depredadores” del planeta, la tan alabada capacidad de raciocinio de los
hombres queda en cuestión, así como tantos otros valores que se nos endilgan.
Es necesario decir que el capitalismo es un proyecto tan humano como lo puede
ser la “comunicabilidad humanizadora” puesto que son seres humanos quienes lo
han pensado y quienes deciden el funcionamiento de las tecnologías. Como tan
humanos son quienes arrojan papeles a las calles, asisten a las corridas de
toros, violentan a sus hijos y parejas, discriminan a los otros por su
orientación sexual, su origen, sus creencias… en fin.
Pero
bien, respondiendo a la pregunta, considero que las nuevas tecnologías son un
dispositivo instrumental que perfecciona, intensifica y amplía la expansión del
capitalismo contemporáneo y del orden social vigente. Veamos algunas razones:
ü Toledo y Comba (s.f) reflexionan en torno a la manera como las Nuevas
Tecnologías de la Información y la Comunicación han colonizado todos los
ámbitos la experiencia humana, concluyendo que, gracias a su intervención, se
ha modificado nuestra ideología, esto es, nuestra manera de ver y vivir en el
mundo:
Hoy
las NTCI están en todas partes y modifican todos los ámbitos de la experiencia
cotidiana: el trabajo, las formas de investigar, las modalidades de comprar y
vender, los diferentes trámites que realizamos, el aprendizaje, las tareas del
hogar, etc. Aún nos sentimos torpes con máquinas que no terminamos de entender.
No sólo se modifica el uso de los aparatos sino que, y aún más importante en lo
que se refiere a ideología, cambian las relaciones, se transforman los procesos
culturales, los hábitos y los modos de interactuar. Y cambia, esencialmente,
nuestro modo de ver el mundo (p. 5)
Esta
ideología no es otra que aquella que, como veremos más adelante, responde a las
necesidades del capitalismo moderno.
ü La finalidad del capitalismo moderno es la acumulación. Las élites económicas buscan tener mucho más poder
económico, las “clases medias” buscan tener los recursos para vivir
cómodamente, y ese vivir cómodamente se ha entendido como consumo (que enriquece a las élites). Para que las élites y las
clases medias puedan alcanzar estos objetivos es necesario crear las condiciones (políticas y legislativas)
para que la inmensa mayoría de la población se encuentre en la pobreza o en la
miseria, y para que esta situación no cambie es fundamental el control ideológico de la población; las
nuevas tecnologías son absolutamente funcionales a dicho control.
ü
Se
pueden considerar como ejercicios de control
y dominación todas aquellas
estrategias que llevan a las personas a someterse a patrones de pensamiento y
comportamiento. Con el avance y la masificación de las nuevas tecnologías, su
llegada a los hogares y los escenarios de trabajo y ocio, las posibilidades de
disciplinamiento y control superaron al panóptico reseñado por Foucault. Mirta Giaccaglia, en su texto “Sujeto y modos de subjetivación” (2009) nos
dirá que “Mientras
que en las sociedades disciplinarias la lógica de dominación se asentaba en las
diferentes instituciones de encierro, los nuevos dispositivos de control,
ejercidos gracias a las tecnologías digitales, atraviesan los viejos muros de
la clausura para ejercer un control en espacios abiertos, al aire libre” (p. 1).
Al respecto nos dice Gubern, en su texto “La escena y el laberinto” (1996) que:
con
la Realidad Virtual se maximiza lo que Paul Virilio ha llamado “el golpe de
estado informático”, que ha suplantado la realidad por sus apariencias” (p. 19)
[…] “Baudrillard lo ha dicho con frase lapidaria: “Vivimos en un mundo en el
que la más alta función del símbolo es la de hacer desaparecer la realidad y la
de enmascarar al mismo tiempo esta desaparición (El crimen perfecto). […] La
Realidad Virtual maximiza la oposición icónica entre apariencia y existencia y
no proporciona necesariamente un mejor conocimiento del mundo, sino de cierto
mundo ilusorio diseñado por otros hombres dando todo su sentido al famoso
engaño de las sombras en la caverna platónica (p. 20).
Las
nuevas tecnologías, tanto aquellas que sirven al ocio como aquellas que sirven
a la expansión de la información, han tenido la capacidad de construir
realidades alternas, tanto desde la construcción de escenarios virtuales que
permiten experimentar nuevas sensaciones y emociones, como desde la generación
de opinión pública. En el primer caso, las nuevas tecnologías ofrecen la
posibilidad de “evadir” la realidad; las angustias heredadas de nuestros
antepasados (Gubern, La herencia del
cazador, 2000), agravadas por los hechos innegables del mundo en que
vivimos (y que los mismos medios de comunicación replican todo el tiempo), como
la pobreza, la injusticia o la crisis de identidad, han hecho que los seres humanos busquemos
evadirnos, y mientras otras experiencias como la drogas y el alcohol son
condenadas (y con razón) las nuevas tecnologías son vistas con buenos ojos. Sus
defensores plantean que la cuestión es aprender a manejarlas y sacarles el
mejor provecho, pero muchos adultos ya han perdido el control sobre ellas, así
que no es posible esperar un uso más prudente por parte de los más jóvenes. En
cuanto a la generación de opinión pública, son los medios masivos de
comunicación quienes han realizado efectivamente dicha tarea y gracias a ellos
podemos tener, por ejemplo, a una gran parte de la población (la más pobre por
supuesto) convencida de que un asesino, como el anterior presidente colombiano,
es una de las personas más ilustres que ha tenido este país.
ü En cuanto al aspecto del consumo,
actividad fundamental para el sostenimiento del modelo social vigente, Gubern,
en su texto “Claustrofilia
versos Agorafilia” (1991) nos plantea dos aspectos interesantes al respecto.
Por una parte, la posesión privada de nuevas tecnologías tanto para la
información, como para el ocio y las tareas del hogar, se convirtió “en su
función ostensiva, en nuevo signo de prestigio y de autoestima social” (p. 2).
De manera que actualmente es casi imposible encontrar hogares en los que a
pesar de que sufren múltiples carencias, no cuenten con televisores de última
generación, o con miembros que poseen celulares de alta gama. Por otra parte,
Gubern nos habla del “consumismo coleccionista” que se caracteriza por la
necesidad de que las personas acumulen “potencial poder cultural” a través de
libros, programas de computador, música, películas, etc., a pesar de que
realmente no cuenten con el tiempo suficiente para disfrutarlos (p.5). Giaccaglia (2009) complementará esta idea
planteando que:
El
nuevo capitalismo no es ya de producción, sino de superproducción, orientado a
los servicios y las acciones. De ahí que los dispositivos están destinados no a
la producción del trabajador, como pretendían las viejas disciplinas, sino a la
conformación del consumidor. Con la necesidad de afianzar el consumo, el
marketing se ha transformado en el nuevo instrumento de control social. Del
hombre encerrado pasamos al hombre endeudado, condenado a una deuda permanente,
flexible, inestable, negociable y continua, o como sintetiza Sibilia (2005:29),
“...del productor disciplinado (sujeto de la fábrica), pasamos al consumidor
controlado (sujeto de las empresas)”. Ahora los sujetos se definen menos en
función del Estado y más en virtud de sus relaciones con el mercado (p. 2).
ü
En
el plano de la geopolítica, podemos apoyarnos en Roman Gubern quien en su
texto (1991) nos relata cómo el avance
en las tecnologías de la comunicación ha posibilitado la deslocalización
territorial y la descentralización de las empresas (p. 10 y 11). De esta manera
los espacios de control de las grandes industrias, desde donde se envían las
órdenes y se reciben las ganancias, ahora están localizados en las grandes
ciudades (capitales de las naciones más poderosas), en tanto que las sedes de
explotación, producción y por supuesto,
contaminación, se han ubicado en la periferia (Latinoamérica, África, Asia,
India, ultramar). Toledo y Comba en su texto “Tecnologías de comunicación e
ideología” (s.f) llamarán a este fenómeno la “dualización”, esto es, “el
trabajo inmaterial en el norte (procesamiento de información, investigación,
generación de conocimiento) y el trabajo sucio en el sur (industrias altamente
contaminantes) (p. 1). Para que esto sea posible, es necesario la complicidad
de los gobiernos quienes a través de tratados de comercio negocian, en la
legalidad, los recursos humanos y naturales de estos países “periféricos”
sometiendo a sus poblaciones al riesgo y la incertidumbre (véase por ejemplo el
Plan de desarrollo 2014-2018 del
gobierno colombiano, orientado desde la Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económico OCDE)
ü Finalmente, si bien Gubern (1991) nos habla del peligro que significa para
la especie humana el desequilibrio entre el desarrollo material (en este caso
traducido en desarrollo tecnológico) y el desarrollo moral, este desequilibrio
parece resultar muy funcional al modelo capitalista: La ausencia de conciencia
moral sobre las consecuencias del consumo
y la ausencia de crítica frente a lo información que los medios de comunicación
promueven, han permitido el perfeccionamiento, la intensificación y la
expansión del capitalismo moderno. Jamás los seres humanos tuvimos acceso a
tanta información y jamás estuvimos tan desinformados. Jamás tanta tecnología
de la comunicación para estar tan incomunicados. Jamás tantos avances
tecnológicos al lado de tanta desigualdad, de tanta injusticia, de tanta
insolidaridad y de tanta violencia, condiciones todas ellas necesarias para el
sostenimiento del modelo social vigente. El peligro para la humanidad parece
residir en su cada vez más acentuada indignificación.
Comente
la siguiente idea: el problema propiamente pedagógico no es cómo aplicar las
nuevas tecnologías en el aula, esta aplicación es un asunto técnico y
didáctico, sino cómo problematizar críticamente y reflexivamente la complejidad
del mundo virtual tecnológico que habitamos, desde una perspectiva educativa.
Argumente sus acuerdos y desacuerdos.
Jesús
Salinas en su texto “Enseñanza
flexible, aprendizaje abierto: Las redes como herramientas para la formación” (1999)
nos presenta un panorama de la educación mediada por las nuevas tecnologías (ya
sea presencial o a distancia) en el cual se exponen una serie de innegables
ventajas, ventajas que configuran nuevas formas de aprender y que han
demostrado ser útiles en especial para la educación de adultos (un ejemplo
concreto es esta Maestría). Desde esta perspectiva, y confiando plenamente en
la autonomía de todos los adultos, sería válido pensar que la aplicación de las
nuevas tecnologías en el aula es un asunto meramente técnico o didáctico, sin
embargo, desafortunadamente la autonomía no puede considerarse como un valor
inherente y presente en todos los adultos, y baste para comprobarlo los
incontables casos de plagio en los trabajos presentados por los estudiantes de
la modalidad virtual, o el tema de la suplantación como fenómeno creciente
(¿Cómo saber a ciencia cierta quién se encuentra al otro lado de la
pantalla?). En mi país es común que
profesionales desempleados ofrezcan sus servicios para realizar, a nombre de
otras personas, cursos en internet, trabajos e incluso tesis de Maestría. Ya
hemos recurrido antes en estas páginas al planteamiento de Giaccaglia para hablar de los
enmascaramientos a través de la red.
Y si el tema de la autonomía se torna complejo con
los adultos, mucho más lo es cuando a niños y adolescentes se refiere. La
construcción de la autonomía (cuando se logra) es un proceso que se vivencia
especialmente en estas edades, de manera que difícilmente los niños y
adolescentes de nuestras instituciones educativas estarán preparados para
asumir autónomamente su proceso de aprendizaje a través de las nuevas
tecnologías. A este respecto puede sumarse el fenómeno de la tecnocultura
interfacial expuesto por Gubern (1991, p. 4) con sus posibles consecuencias
para la formación emocional y psíquica de los individuos.
Ya se han reseñado en estas páginas los altísimos
costos: humanos, políticos, sociales y ambientales que han traído consigo las
nuevas tecnologías. Si bien es necesario reconocer su poder de fascinación
entre las nuevas generaciones, generaciones que aún no han alcanzado la
autonomía, resignarse al hecho de que aquí están y debemos todos asumirlas y
transformar nuestras prácticas en torno a las nuevas transformaciones que estas
proponen, es resignarse también al modelo social que agencian. Y aquí cabe
nuevamente la pregunta sobre la función de los sistemas educativos: ¿para qué
educar? La sobrevaloración de las nuevas tecnologías respecto de sus ventajas
para la educación parece ir en contra del planteamiento sobre la finalidad de
los sistemas educativos: estos deberían aportar a la formación de mejores
ciudadanos y no de mejores consumidores.
Finalmente,
Mattelart (s.f) nos habla de la responsabilidad personal del uso de las nuevas
tecnologías. Por su puesto, dicha
responsabilidad atañe a los maestros, tanto en su fuero personal como en su
ejercicio como educadores, de manera que es necesario concluir que, en efecto,
el problema propiamente pedagógico reside en cómo problematizar críticamente y
reflexivamente la complejidad del mundo virtual tecnológico que habitamos,
desde una perspectiva educativa.
Bibliografía
• Arendt, H. (1998). La
condición humana. Barcelona:
Ediciones Paidós Ibérica.
• Gaviria,
D. (2015). ¿Cómo Educar para la
Democracia? Bogotá: Escuela de Maestros Gimnasio Moderno. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=RGQdcwWVlCw
• Giaccaglia,
M. (2009). La constitución de la subjetividad en le era digital. Fragmento de Sujeto y modos de subjetivación
(pp. 136-141). En: Ciencia, Docencia y
Tecnología (38, Año XX). Consultado en
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=14511603005
•
Gubern,
R. (1991). Claustrofilia versus agorafilia en la sociedad postindustrial. En: El simio Informatizado (cap. XIV).
Buenos Aires: Universitaria
•
Gubern,
R. (1996). El laberinto digital / La escena laberíntica: la realidad virtual.
En: Del bisonte a la realidad virtual
(cap. V y VI). Barcelona: Anagrama
•
Gubern,
R. (2000). De la caverna a la electrónica. La herencia del cazador. En: El eros electrónico (pp. 7-10). España:
Taurus
•
Mattelart,
A (s.f). Cada uno debe asumir su responsabilidad en la comunicación. Radio
Nederland. Servicio Español. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=psOySUa8pxA
•
Salinas,
J. (1999). Enseñanza flexible,
aprendizaje abierto. Las redes como herramientas para la formación.
Recuperado en enero 2014 de http://edutec.rediris.es/Revelec2/Revelec10/revelec10.html
•
Toledo,
E. & Comba, S. (s/f). Tecnologías de
comunicación e ideología. Recuperado en enero 2014, de http://rephip.unr.edu.ar/bitstream/handle/2133/707/Tecnolog%C3%ADas%20de%20Co
municaci%C3%B3n%20e%20ideolog%C3%ADa_A1a.pdf?sequence=1
- Torres del Castillo, R. (1999) Nuevo papel docente ¿qué modelo de formación y para qué modelo educativo? Recuperado en enero 2014 de http://www.ses.unam.mx/curso2011/pdf/M5_Lecturas/M5_S2_Torres.pdf
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